Crucio.

"Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi mamá" sí, ese sería mi refrán. Le podré pelear, gritar, llevarle la contra a propósito e incluso detestar por algunos momentos pero se que es la única que está y va a estar ahí siempre, pase lo que pase, luchando contra vientos y mareas para hacerme sentir feliz. Pero no vine acá a hablar de lo maravillosa que es mi mamá, vine porque te necesitaba hablar blogui. Suena estúpido, pero increíblemente satisfactorio hablarle a la nada como si ella fuera a contestarme. Y se preguntarán -si, me gusta hablar en plural- qué tiene que ver mi madre. Pues bien, hay cosas que no puedo hablar con ella y no porque no quiera decírselas, sino porque no quiero que se preocupe y se ponga mal por mi culpa. Desgraciadamente, ella es tan o más sensible que yo -cosa que detesto haber heredado- y no quiero cargar un problema estúpido a su vida. Si es necesario, sonreiré frente a ella como si todo fuera maravilloso con tal de que sea feliz, no me interesa demostrar el más mínimo dolor si eso puede causarle alguna pena a ella. Pero volviendo al tema principal del que quería hablar: creo que me estoy volviendo loca. ¿Nunca les pasó de tener ganas infinitas de salir corriendo a un lugar seguro y esconderse allí, detrás de una planta de todo lo que los daña? Es como si quisiera borrarme la vida y escribir una nueva, llenar cada renglón vacío de algo totalmente innovador. A veces me pregunto si no sería más fácil que el cuerpo humano funcionara como una computadora. Se guardan las cosas buenas, se arrojan las dañinas a la papelera de reciclaje y se elimina todo signo de su existencia. Pero eso sería demasiado sencillo y nadie tendría problemas. Desgraciadamente venimos a este mundo preparados para sobrellevar una serie de desperfectos como los son el perder, el llorar, el pelear y el sufrir entre otras tantas problemáticas fastidiosas que están en nuestra naturaleza. Y como siempre, me fui por las ramas hablando de cosas incoherentes porque mi mente no es capaz de ordenar todo como corresponde. El punto es que quiero que algo diferente -y bueno- suceda y me siento estúpida estando acá, sentada, como si esperara que el milagro cayera sobre mi cabeza. Y creo que la razón de la que quiera algo nuevo es porque estoy aburrida de la rutina. ¡Aburrida de la rutina, eso mismo! porque en sí no hay un grave problema existente, o al menos eso creo, sino que mi gran problemática soy yo misma. Me, myself & I. Qué estúpido que es luchar contra una misma y acabar vencida. De seguro mi mamá me internaría en el manicomio, ja.

PD: Y una vez más, mis textos no poseen coherencia. ¡Bien por mí!