Crucio.

A veces te preguntas si alguien realmente entiende lo que quieres decir sin decirlo. Si alguien capta la forma en la que tus ojos brillan cuando estás contento, en la manera en la que se entrecierran cuando algo te disgusta o simplemente cuando permanecen distantes en un punto fijo, en otro mundo, en otra galaxia. A veces te preguntas si hay alguien a quien verdaderamente le preocupes, alguien que lucharía por tí sin tener escudo ni espada, alguien que te defendiera aunque supiera que estás completamente equivocado. Alguien que sonría cuando tú lo haces, que sufra cuando llores, que intente sanar cada herida de tu corazón con una curita resistente. Alguien que no te permita caer en el mismo pozo dos veces, quien te avise cuando estás por tropezar con una misma piedra, quien te ataje cuando estés chocándote contra una pared. Alguien que, a diferencia de todos, vea en tu interior quien verdaderamente eres y saque lo mejor de ti, incluso cuando ni tú mismo sabes qué tienes. Alguien que te abrace cuando te debilites, alguien que esté ahí cuando lo necesites.