Yamila. Ese es mi segundo nombre. No quiero ofender a nadie que se llame así, pero realmente lo detesto. Me suena a milanesa, a puta y a un corte de cabello deforme. Tal vez por el hecho de que mi viejo me decía que "Yamila" terminaba en "Mila de Milanesa", tal vez por el hecho de que conocí a una Yamila bastante rapidita o quizá porque me faltan unos cuantos jugadores y me suena a pelo mal recortado, pero el punto es que no me gusta para nada. Mi viejo podría haber elegido algo mejor o en su defecto, mi vieja podría haberse metido y decir que ella elegía los dos nombres y punto. Siempre cuando reclamo, ella dice: 'quejate con tu padre, él lo eligió'; sí, pero vos no hiciste nada para impedirlo, mujer! Whatever, tampoco es tan malo. Después de todo es mejor que Roberta o María Mercedes de los Ángeles Floripondios.
