Sunday, November 8

BE-I-PE-O-ELE-A-ERE-I-DE-A-DE. Bipolaridad. Qué linda sensación (nótese la ironía), extremadamente maravillosa. Se siente tan bien, como si alguien te atara con una cuerda del tobillo y te dejara caer por un acantilado hasta tocar fondo, para luego arrepentirse y subirte rápidamente a tierra firme otra vez. ¡Qué sentimiento tan placentero! (no te equivocás, el sarcasmo sigue presente). Es increíble como a veces todo parece encajar perfectamente, como piezas de un rompecabezas que están destinadas a juntarse, como si alguien te dijera: 'Hey, la vida es perfecta'. Pero otras... otras veces pareciera que las piezas se pierden bajo la cama, que se esconden, riéndose de tu desgracia. Ahora yo me pregunto, ¿cómo alguien puede sentir estos dos extremos en menos de lo que se tarda en decir 'Ravioles'? Lo odio, detesto sentirme así. Aborrezco mis cambios repentinos, no me hallo, no me encuentro. Me dan ganas de empujarlos a todos, tirarlos contra el piso y llorar y gritarles en sus caras que el mundo es una mierda. Una reverenda y completa mierda, que nadie va estar ahi siempre, que nadie va a sentir lo que sentis, que a todos les importa un carajo si te estás desgarrando por dentro, al contrario te van a decir: 'dale, dale, sufrí un poco más que me divierto'. ¿Y saben qué? A la mierda con toda esa gente. FUCK OFF, BABE. Porque si soy bipolar es gracias a toda esa gente que no se debería llamar gente, y que en estos momentos no encuentro en mi diccionario una palabra que los defina. Y si a veces me parezco a ellos, no es por voluntad propia, ah no, es sólo porque ellos me hacen serlo. Porque acá si sos diferente sos cualquiera, pero si sos una cagada sos el rey. Pues bien, prefiero ser cualquiera.

Nota al pie: Esto fue escrito en uno de mis tantos 'ataques de delirio sin motivación que justifique la locura' y creí que sería bueno ponerlo acá. No pregunten por qué, esto no es Filosofía.

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